sábado, mayo 15

El destino de la fruta


¿Por qué he de hacerlo?-le preguntó al árbol
Es tu destino-contestó.

El fruto seguía con su tozuded hasta límites insospechados ya que no quería que su trayecto en la vida fuera sólo caer del árbol y ser devorado. Siempre quiso más.

Desde antes de nacer, la flor de donde vino era un capullo cuando las otras estaban floreciendo. Fue diferente en todos los sentidos pero se veía que su final no podía ser ese.Cuanto más se acercaba el momento, mayor era su fuerza para no desprenderse, ni animales ni personas conseguían arrancarlo del árbol.

Un día, sin previo aviso, una bella dama estiró su blanca mano y lo agarró delicadamente consiguiendo alcanzar y separar el fruto de su árbol. Luego, se fue a colocarlo en una de las cestas de paja que llevaba otra mujer quien se dispuso a venderlo.
En ese momento, un pintor se sentó y empezó con lo que mejor se le daba, retratar al óleo a esas dos bellas mujeres vendiendo la fruta, la misma que no quería que su destino fuese el ser devorado, y así acabó.

Esta fruta aparece ahora retratada en uno de los cuadros más importantes de uno de los pintores más famosos de España, Murillo.
Esta pintura puede verse en muchos museos con el nombre de "Vendedores de fruta".

¿Quién dice que no puedes escoger el destino?

Si la fruta pudo tener el suyo, ¿por qué no ser libre para ser dueño de ti mismo?