domingo, mayo 1

Footsteps III

Después de varias semanas de observación en el hospital, por fin salió. Permanecer encerrada en aquel lugar la torturaba, esas frías paredes le oprimían no sólo su corazón, también su inquieto corazón.
Por ello, el salir y percibir como los rayos solares rozaban y enrojecía sus mejillas le hacía sentir bien. Por su cuerpo recorría un cosquilleo, un hormigueo desde la zona rozada por el rayo hasta el resto del cuerpo que le proporcionaba una felicidad, pero no cualquiera, simplemente la de la Libertad.

Al llegar a casa, aspiró hondo al entrar porque quería grabar en su cerebro cada cosa a partir de ese día. Cada olor que surgía de cualquier rincón de la casa, el aroma de pastel recién hecho en la cocina. Simplemente entraba por su nariz y parecía que volara y con ganas se lo habría tomado sino fuera porque quemaban. Luego, el crujir de la escalera de madera hasta su habitación, ese sonido del que nunca antes se había fijado. Al abrir, el tacto frío y metálico del pomo que gracias a él entraba en su habitación y como no, el ver cada poster y fotografías realizadas por ella misma.Sus ojos fotografiaban cada objeto, todo aquello pues ese día era especial e importante para ella aunque aún no supiera la razón.

Nada más entrar, dejo su maleta en la cama y se sentó dos segundos antes de realizar algunos cambios en la habitación. Primero, arrancó todos los cuadros negros, pesimistas y negativos y seguidamente, cambió las cortinas dejando entrar una luz brillante y preciosa que iluminaba los rincones oscuros mostrando aquello oculto en la oscuridad.

Luego, fue a su ordenador que parpadeaba mostrando la entrada de un mensaje en su bandeja de entrada. Ella se preguntaba quién podría ser ya que todos sabían que estaba bien y hoy descansaría en su casa. Sin temor, guió el ratón a la tecla de abrir y ante ella apareción una imagen.

Una imagen que le hizo volver ante ella todo lo sucedido. Cabe recordar que por el golpe y al estar tanto tiempo bajo el agua había sufrido una leve amnesia olviando así que pasó durante el accidente.
Sin embargo, ese correo le devolvió todo incluido su pensamiento de:
¿quién era él?

Mediante un programa informático quiso decifrar la dirección IP del mensaje y destapar al fin al desconocido. Sin embargo, la IP era desconocida y ello dificultaba el descubrimiento del salvador.
Y cuando iba a teclear un mensaje al extraño, su puerta se abrió de golpe y corrió a cerrarla pues la corriente estaba haciendo volar los papeles de su mesa. Cuando volvió, el mensaje había desaparecido y sólo quedaba como rastro la imagen que cuidadosamente había guardado en su escritorio momentos antes de la interrupción de la puerta.

Todo esto le hacia sospechar no sólo la identidad sino que el accidente no fuera mera casualidad. Que el destino le hubiera atraido a ese lugar y sabía a dónde debía ir para encontrar respuestas.