Siempre hay alguno que destaca por razones realmente impredicibles.
Mientras estaba en la fiesta, veía a miles de niños de 7 añitos jugando entre ellos.
Quizás, sea extraño, pero se les veía felices y no despreciaban ni negaban a nadie su entrada en el juego.
Luego, había otro recogiendo los pedazos de un globo ya explotado. ¿Qué querría hacer con esos pedazos?La mente de un infante es increíblemente curiosa y a su vez, extraña para los que tenemos mentalidad de adultos.
Quizás solo queria coleccionar los pedazos, o quizás sólo recomponer pare crear uno más bonito.
Cada vez que los veo, tengo cierta envidia, quisiera volver a tener esa idea de mundo bonito, inocente y brillante. La edad nos afecta pero siempre te llegan los celos de querer ser el niño pequeño, yo por mi parte, guardo el mío y a veces, lo dejo salir.
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