Intrusiones

Ella se sentía como el mundo avanza más rápidamente, como si dieran a la tecla de adelantar mientra ella era la  pausa y se preguntaba ¿por qué?

La realidad muchas veces supera la ficción, las personas avanzan en una fría y oscura vida sin detenerse en ningún momento pero ella, simplemente se detenía y observaba la linda flor que surgía entre los resquicios de dos baldosas resquebrajadas debido a las miles de pisoteadas que recibían cada día.

Se sorprendía con su cámara en mano y enfocar...
A través del enfoque veía historias, las imaginaba y las creaba. Sólo con que su objetivo se dirgiera a ese grupo de chicos, ya lo tenía...

El momento de su exposición, iban miles de personas a observar su arte, aunque más se podría decir que lo veían porque el hecho de observar lleva acabo la acción de detenerse y pensar, razonar y descubrir.
Sin embargo, de entre esas miles habí alguien, él lo admiraba, lo sentí y cuando llegaba a casa, lo plasmaba.
Cada fotografía era una historia, una vida plasmada, pero, no sólo eso, podían ser la relación entre miles de personas dentro de una misma imagen. Él, a través de su escritura, ponía voz a esas relaciones, a esas vidas plasmadas e intrigaba a la gente con sus libros.

Sus libros llegaban hasta el interior de pocas personas, las capaces de entender lo más detallado y hermosa de la vida. Él compraba sus libros y los leía con avaricia y rapidez extrema, sin embargo, no llegaba a comprenderlos, pero su compañera, ella leía poco pero de manera tan detallada que recordaba la situación exacta de la palabra comentada. Se daba cuenta que su pintura y escultura reflejaba esas historias de manera que adoptaban desde torbellinos de formas humanas hasta las lindas florecitas.

A veces, la pequeña incursión de una palabra, dibujo, imagen o una sonrisa llega a ahondar tan profundamente marcando el inicio o fin de una etapa.

Esas intrusiones que uno no nota hasta que al final, al desaparecer se sienten pues de alguna manera nos cambian y nos reflejan la vida de manera diferente.

Por ello, la simple sonrisa de una fotografía de ella, puede embellecer las lindas palabras de un escritor modificando la grandeza de una escultura o pintura.

¿Quién dijo que las intrusiones podían ser dañinas?